Torreblacos está ubicado en el centro geográfico soriano, en la fértil vega de los ríos Abión y Milanos, los que además de su variada pesca, tan codiciada, truchas, barbos, cangrejos, (según la leyenda, las truchas del río Milanos, se las servían a Felipe II), adornan y enriquecen el paisaje con sus riberas.
Tampoco puede obviarse la veintena de fuentes que afloran en su término municipal, en diversos lugares o parajes de los 175 que inventar en su día Pablo Nafría.
De las 1.741,68,75 ha. que componen el municipio, una 600 ha estan dedicadas al cultivo agrícola, medio y sustento del pueblo y el resto pertenece a eriales y monte.
Los pastos son aprovechados por ganado vacuno y lanar.
También existen pequeñas explotaciones apícolas como actividades complementarias.
Su altitud y situación hacen que la meteorología sea la común de la zona en que se encuentra, lluvias y nieves en invierno, primaveras más bien frías, con otoños bastante agradables y veranos calurosos.
La variada vegetación existente en el término municipal la componen desde repoblaciones de pinos de hace 50 años, pasando por las milenarias sabinas, centenarios robles, enebros, brezos, jaras, estepas, etc., hasta las choperas en las márgenes del río Abión.
Como plantas aromaticas destaca el tomillo, el espliego, bayuba, el té, la manzanilla, etc.
La fauna se compone de ciervo, corzo, jabalí, zorro, liebre, conejo, perdiz roja, paloma torcaz, abiones, golondrina y otros. Las rapaces más comunes son el águila perdicera, la garza, el ratonero común y aguiluchos.
Buena parte del territorio de Torreblacos se halla incluido en el LIC(Lugar de Interés Comunitario) de los Sabinares de la sierra de Cabrejas del Pinar.